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SUPERVISIÓN CIUDADANA

Foto del escritor: Palemón AlamillaPalemón Alamilla



En el medio rural oímos cualquier cantidad de refranes, y algunas otras expresiones, en la convivencia de sus moradores. En el día a día, para el avance en las tareas, es común escuchar, desde el cordial…, “a la vista del amo engorda el caballo”, hasta el drástico… “quien tiene peones y no los ve, se queda sin calzones y no lo cree”, porque…, no se trata solo de que…, haya quien ‘haga’ las cosas, y pagarles un jornal, no, es indispensable la supervisión.


En escenarios empresariales, con diverso lenguaje, la preocupación es la misma, y oímos…, “resultado que no es medible, no es resultado”. En suma, desde las muy modestas actividades rurales, hasta los de las grandes factorías, es indispensable el seguimiento, para evitar sorpresas.


Qué pasa en la vida pública. Por lo que ve -a la seguridad- es indispensable hacer -primero- una retrospectiva y, recordar, como lo expuse en mi columna, que publiqué el sábado 27 de agosto último[1], que intitulé “Turismo Administrativo”, por el ‘caminar’ de la secretaría del ramo, por diversas dependencias del Gobierno federal, en las tres últimas administraciones, incluyendo la actual.


Con ese antecedente, en las últimas semanas y por la intención del señor presidente, el encono político creció. Surgieron diversas posiciones, hubo discursos, los actores de la vida política de México dieron otra de sus ‘lecciones’: ayer…, tener una identidad, mañana…, otra. Los representantes de los medios de comunicación -no siempre documentados- también expusieron su sentir, de acuerdo con sus identidades. Todo…, a nombre de la muy vapuleada seguridad pública.


Los informes oficiales, con los números que proporcionan las autoridades, muy contrastantes con la realidad, motivan que -el ciudadano de a pie-, realice una actividad de supervisión de la seguridad, en los tres niveles de gobierno. Para ello (entre ciudadanos), bien podría hacer las siguientes preguntas:


¿Con qué frecuencia advierte usted la presencia -de la policía- (de su alcaldía o municipio), durante el día? Primero referir al día, porque…, la noche, pareciera que, en algunos lugares, han surgido escenarios monstruosos, como lo ‘retrataron’ en la serie Somos[2], relativa a la matanza de Allende, Coahuila, en la que -a uno de sus capítulos- lo intitularon: La noche es nuestra, por las actividades nocturnas de quienes asolaron a la población, ante la ‘ausencia’ de los elementos de seguridad.


A partir de la anterior pregunta, los verdaderos expertos -en seguridad pública-, podrán plantear muchas otras. En la competencia estatal, por ejemplo…, en las carreteras y ramales, de las vías de comunicación en las entidades…, ¿cada cuándo ve una patrulla?, para efectos disuasivos y de elemental auxilio, en diversas horas del día y de la noche… y, si no aparecen, será porque dan seguridad a un alto funcionario, que en teoría no lo necesita y sí -los electores-, quienes…, primero votan y, después…, tienen que sufrir la falta de atención.


De la competencia federal, si usted (es) me permite (n), comento que, el 23 de septiembre último, en un viaje de trabajo, tomé la carretera Querétaro – Ciudad de México, a la altura del Arco norte y, a pocos kilómetros, el tráfico vehicular no avanzaba. Desde ahí, hasta el ascenso al ‘segundo piso’ que son mas de 50 kilómetros, tripliqué mi tiempo de recorrido, por diversos motivos.

Accidentes, reparaciones, obras y otros acontecimientos, originaron (como casi todos los días), una demora en el traslado (con lo que ello ocasiona y perjudica a todos). En ese lento y penoso trayecto, solo vi -una patrulla- de la Guardia Nacional. Los elementos, de esa corporación, atendían a quienes se involucraron en un accidente.


Luego, para miles de vehículos…, ¿solo dos agentes a bordo de una patrulla?, en ese sentido de la circulación…, no puede ser. Con mayor presencia, habría atención a algún otro percance, ayudar a agilizar la vialidad, hacer respetar las disposiciones de tránsito etcétera, etc.


Ah, y si solo hay una patrulla, para abaratar costos de operación (por la austeridad republicana), qué lamentable. Insisto, como cité en otra de mis entregas, “lo barato nos sale caro, carísimo”. Y seguirían las preguntas…, ¿cómo es que, pueden ofrecernos seguridad?, respecto de acontecimientos de los grupos delictivos organizados, generadores de la violencia, si en donde es posible ‘ver’ (valga la cacofonía), no vemos la presencia de la Policía (en sus diversas denominaciones).


En suma, hace falta mucha más presencia policiaca, en los tres niveles de gobierno; empero, en las altas cúpulas…, parece que…, es más la disputa que la solución. Saludable sería dejar los discursos (con los enconos a nombre de la seguridad), y la numeralia, que desmiente la realidad.


El día -y la noche-, deben ser de la ciudadanía, no de ‘ellos’. Cuando la seguridad pública, la procuración de justicia y su impartición, sean ajenas a los enconos y discursos políticos -México- será otro. Eso sí que sería una transformación. En tanto, sigamos con la supervisión ciudadana, para tener una evaluación de la realidad.



_______________________ [1] A su disposición en: www.palemonalamilla.com [2] En la plataforma de contenidos NETFLIX.

 
 
 

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Rodríguez Puebla esq. Francisco I. Madero (altos), Colonia Centro

Progreso de Obregón, Hidalgo.

Correo electrónico: info.alamilla@gmail.com

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