
El señor presidente de la República insiste, y, desde el atril de sus conferencias matutinas, enfatiza su discurso relativo a la elección de los jueces, por voto del pueblo bueno. A la par, pone a trabajar el ‘andamiaje’ oficial…, porque -para él-, algo de lo que está mal en México, es por algunos de los ministros, magistrados y jueces. En suma, no tolera al Poder Judicial de la Federación. La mayoría de los comunicadores, que ahí asisten, lo secundan sin la mínima reflexión.
Si bien, su afirmación, es muy respetable, un servidor de usted (es) no la comparte, sin que -con ello- atente en contra de la persona, ni de la investidura presidencial. Recordemos uno de los informes de gobierno, del expresidente Carlos Salinas, en el que, el entonces diputado Porfirio Muñoz Ledo, irrumpió con reclamos y, quien presidió la sesión, le dijo: “la discusión solo se da entre pares”.
Acotaré, para los que de pronto pretenden endilgarnos comentarios imprecisos: nuestras opiniones, no las realizamos por irrumpir. Dijo el presidente López Obrador (y lo celebro), que, durante su mandato, no censuraría…, que los mexicanos podríamos expresarnos con libertad, y… le tomé la palabra. Sería reprochable que, en pleno siglo XXI, siguiéramos…, como estuvimos años atrás.
Por lo anterior, desde este espacio, en el que aparecen mis artículos cada catorce días, publiqué diversos temas relativos a esa perorata presidencial. Citaré tres por su título: La elección de los ministros, Y antes de los jueces qué, Los fiscales y los jueces del pueblo bueno. Aquí haré breves referencias; el contenido íntegro, está a disposición de usted (es) en esta página.
En el último de esos artículos, referí a lo que deben saber los mexicanos; pues, ante el argumento del presidente, de elegir a los jueces, como él lo expone, solo aconteció en Bolivia… “…con la concurrencia del 5% del electorado, y el consecuente cúmulo de deficiencias.” Porque, impartir justicia, no es de simpatías ni de afectos. Además, la historia nos ilustra, y, en la evolución de la teoría del delito, en el periodo del “Irracionalismo” (en el tiempo de los nazis), operó, con los infortunios que causó, “la jurisprudencia de los sentimientos”.
Ah, que un Juez se apartó de la legalidad…, para eso hay fiscales que deben fincar la responsabilidad. Por ello, preguntemos, en lo que va de esta administración federal, cuántos impartidores de justicia, tienen (en el papel…, no en el discurso mañero), sentencia condenatoria. Salvo error, del que deberé ofrecer disculpas, creo que ninguno.
Entonces, si los fiscales no han hecho imputación y acusación, que traiga como consecuencia una sentencia, a algún impartidor de justicia…, (qué paradoja, antes de esta administración, sí hay antecedentes al respecto) …o es impreciso el discurso presidencial o hay ineficacia de los fiscales. De lo último, es a lo que refiero en el segundo de mis artículos en cita, por dos cosas preocupantes:
Una, la falta de contundencia de las acciones de seguridad pública en la competencia federal y, otra…, no hay resultados, por la Fiscalía Especializada en Investigación de la Delincuencia Organizada (FEMDO). Porque, en ninguna administración federal, la inseguridad tuvo los niveles de hoy, ni los grupos delictivos organizados estuvieron tan enseñoreados. Y…, el trabajo, de ambos entes administrativos, acontece antes de la intervención de los jueces.
En el tercero de esos artículos, como aquí, me referí al pueblo bueno, porque -desde siempre-, quienes han hecho de la verborrea política -su forma de vida-, le han dicho a la población su sentir, sin ser certeros. Hoy, los temas seguridad y justicia, son dos buenos ejemplos.
Desde luego, el discurso presidencial, no se refiere a los jueces del fuero común; de ser así, serían los (as) gobernadores (as) y el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, quienes harían esa arenga (quizá alguno la secunde por compromiso político), y no, no he escuchado ni leído nada al respecto.
Y vaya que -son los jueces del fuero común- con quienes tiene mayor contacto la población. Ahí tramitan pensiones alimenticias, deslindes de terrenos, etcétera, etc., etc. Y no, de ellos no hay un (a) solo (a) gobernador (a) que haga pronunciamiento de tal elección. Ah, eso sí, de lo que ocurre ante ellos, muchos litigantes aguardan prudentes, en tanto llegan sus asuntos con los impartidores de justicia federal (por el trámite del Amparo); porque, es ahí donde -menos ‘sesgos’- aparecen. Justo con esos jueces, que aborrece el presidente, suele encontrar cobijo el pueblo bueno.
De la pretendida elección de jueces…, …por una parte…, las resoluciones de ministros, magistrados y jueces, al dar cumplimiento a lo que dispone la Constitución de la República, limitan las decisiones del Ejecutivo y, con ello, hacen efectivo el equilibro de poderes, que mucha falta hace, en beneficio del pueblo bueno. Ojalá así lo visualizaran los que solo aplauden. Cuánto bien le haría -a México- eso.
Por la otra, a la falta de capacitación de quienes realizan las tareas de seguridad pública, y por la inconsistencia de las investigaciones, en las que -los fiscales- no llevan (ante los jueces), el soporte que les permita a éstos, dictar vinculaciones a proceso o sentencias condenatorias y, por ello, al dictar ‘libertades’, surge el reproche, por esos efectos…, …sin referir a las causas.
Qué bueno, que el señor presidente (quizá por saberse opositor en otros tiempo), no limita las opiniones de quienes no somos acordes -en todo - a sus postulados. Cierto, puedo estar equivocado, no tengo duda. Nadie es dueño de toda la verdad.
En lo que no hay confusión, creo, es en comprender que, para educar a sus hijos, papá y/o mamá, requieren de sensibilidad e inteligencia; una empresa, con directrices, redundarán en producción con éxito. Para que -los impartidores de justicia- hagan valer el equilibrio de poderes, requieren de una carrera sólida y años de experiencia; elegirlos por simpatía…, sería como no tenerlos. Imagine usted un hogar sin orden…, una factoría sin producción… y un país…, ¿sin jueces? ¡Uf!
Muchas gracias mi Pale es muy cierto y sobre todo sabiendo que el poder judicial es un órgano autónomo y sobre todo que son personas que se eligen por capacidad no por simpatía deben ser asignados según su competencia no según su partido o bandera por lo que es importante establecer los conocimientos y aptitudes de una persona para poder desempeñar dicho car