top of page

SALUD DE PRIMER MUNDO ¿Y EN JUSTICIA…?

Foto del escritor: Palemón AlamillaPalemón Alamilla



Con la publicación del Código Nacional de Procedimientos Civiles y Familiares, llegamos ya a quince años de diversos acontecimientos legislativos que, para bien, impactan en la vida jurídica de México. Refiramos a los más significativos y sus diversas publicaciones en el Diario Oficial de la Federación:


La Reforma Constitucional de Seguridad y Justicia de 2008, fue el precedente del Código Nacional de Procedimientos Penales de 2014, que, a algunos causó confusión por el supuesto “nuevo” sistema de justicia penal, que no lo es, por la historia, los elementos objetivos y subjetivos de la dogmática penal y hasta por la oralidad, que ya existía (para los juicios sumarios), como lo expusimos en diversos escenarios y -aquí- no insistiremos.


En 2011, apareció la Reforma que fue de gran trascendencia, por la proyección de los derechos humanos, al darles alcance en el mismísimo Titulo Primero de la Carta Magna y, a su Capítulo Primero, desde el 10 de junio de esa anualidad, lo intitularon De los Derechos Humanos y sus Garantías.


El 2 de abril del 2013…, otro acontecimiento jurídico con la publicación de la nueva Ley de Amparo. No olvidemos que esa ley es todo un emblema de justicia en México y de reconocimiento internacional. En algunos países -el amparo mexicano- es como su catecismo jurídico. Hoy, por cierto, vilipendiado…, al desdeñarlo, para ‘justificar’ los ataques a los jueces, desde la más alta tribuna.


El 7 de junio del 2023 publicaron el Código Nacional de Procedimientos Civiles y Familiares. Lo anterior para unificar las leyes procesales, en ambas materias, en la República. Por cierto, en materia familiar -Hidalgo-, mi entidad natal, siempre ha estado a la vanguardia y con legislación independiente del Código de Procedimientos Civiles; además, pionera en la creación de juzgados especializados.


Por la publicación del Código Nacional de Procedimientos Civiles y Familiares, esperemos la cascada de interpretaciones y el sinfín de criterios, como ocurrió en materia procesal – penal. Para su correcta interpretación y fortalecimiento, mucho esperamos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y de la Comisión Nacional de Tribunales Superiores de Justicia de los Estados Unidos Mexicanos (CONATRIB por sus siglas). Veremos.


Por esos acontecimientos legislativos, ¿ya estamos debidamente actualizados todos?, me refiero a los agentes del Ministerio Público, abogados victimales, defensores públicos y particulares, peritos, agentes de las policías, en suma, todos los que nos dedicamos -en los distintos ámbitos- a dar atención al destinatario de justicia. Y, desde luego, los profesores universitarios, a exigencia, supervisión y responsabilidad de las instituciones de educación superior.


Porque…, el destinatario, está ajeno a esos caminos, que pareciera…, nos encargamos de volver unos verdaderos laberintos, por no existir la idea -cierta-, de que -el proceso moderno- requiere de trámites objetivos y muy concretos. Por ello, el Sistema Penal Acusatorio, alcanzó su máxima expresión en la Britania, en donde surgió “…por las costumbres imperantes de sus campos, granjas, caminos y villorrios”, no de las obras de los grandes jurisconsultos romanos, como nos ilustró la Suprema Corte de Justicia de la Nación en su obra Del sistema inquisitorio al moderno sistema acusatorio en México. Como también ocurre en nuestros pueblos y comunidades indígenas, con los “usos y costumbres”. Los trámites y las -resoluciones interminables- debemos borrarlos para siempre.


También debemos preguntar -en esos quince años-, los recintos de procuración e impartición de justicia, ¿qué imagen proyectan a la población? Desde 2008 y hasta la fecha, las instalaciones del Ministerio Público, de los juzgados y salas…, ¿ocupan el mismo espacio? Para los nuevos modelos de justicia ¿son funcionales? En suma, ¿disponen de áreas dignas de una moderna procuración e impartición de justicia?


Es cierto, en el trámite de los diversos procedimientos penales, ya existe el llamado NUC (número único de caso), para dar seguimiento al asunto en todo momento. En materias civil y familiar (y no se diga en el Amparo), desde el primer escrito hay un registro y el trámite digitalizado correspondiente.


En algunos lugares solo es eso. En los recintos ya no caben los expedientes; no hay donde sentarse; para un adulto mayor, no hay un sanitario; para una persona con capacidades diferentes, no hay rampa de acceso; además, hace falta un espacio, para que el personal, en forma escalonada y sin descuidar sus labores, disponga de un momento breve y un lugar adecuado, para ingerir un refrigerio, sin llevar el olor de la comida a las oficinas públicas. Por las extenuantes jornadas…, lo merecen.

El señor presidente ofreció, para los mexicanos, un sistema de salud como los de Dinamarca y Canadá. Hoy, dice que estaremos mejor que en ambos países…, ¿y en justicia? …hace falta una muy serena reflexión, porque, la elección de ministros, magistrados y jueces -por votación-, solo ocurrió en Bolivia, con la participación del 5% del electorado, y con pésimos resultados por los que fueron electos. Actuar así, sería (una vez más), poner por delante -de la justicia- a la política. Sería, como pensar que, a daneses y canadienses, los curan con pócimas y con ungüentos.


A la actualización de los operadores de justicia y de los profesores universitarios, nuestros gobernantes (en las entidades), deberán evaluar por esos quince años, respecto de quienes les precedieron, sin contribuir a la apatía. Si ya unificaron las tareas jurídico – procesales, en materias civil, familiar y penal, con sendos códigos nacionales, ojala tengamos (en el fuero común), instalaciones de primera, como las del Poder Judicial de la Federación. Todos lo merecemos.






 
 
 

Comments


Rodríguez Puebla esq. Francisco I. Madero (altos), Colonia Centro

Progreso de Obregón, Hidalgo.

Correo electrónico: info.alamilla@gmail.com

Derechos reservados © 2024 por Palemón Alamilla

  • Blanca Facebook Icono
  • Twitter Icono blanco
bottom of page