
En agosto de 2018, el Instituto Nacional de Ciencias Penales (INACIPE), organizó un evento que denominó Nuevo Modelo de Fiscalía, en el que participaron ponentes nacionales y extranjeros. Ahí, una perito de la policía francesa, expuso que, en su país, los integrantes de la Fiscalía y los del Poder Judicial, tienen el mismo centro de formación y, a consecuencia, el mismo nivel de preparación y solvencia profesional.
Hace falta un escenario -como ese- para México. Aquí, cada uno va por su lado y es notoria la diferencia y, eso, lo arrastramos desde siempre. Cuando nos dijeron que habría una trasformación, supuse que algo cambiaría, en los escenarios de seguridad y procuración de justicia y, no, nada pasó.
Para referir a lo que tenemos en nuestro país, es importante insistir -en los cinco rubros-, en los que hay una constante confusión en todos los ámbitos y, en el día a día, los hacen ver como un revoltijo de tareas públicas. Así, debemos separar lo siguiente: prevención del delito / seguridad pública / procuración de justicia / impartición de justicia / reinserción social.
Insistiré también…, lo que no hagan en prevención del delito y seguridad pública, impacta en una carpeta de investigación. Citaré a la colega abogada: “El Derecho penal aparece, cuando el daño ya está hecho”. A consecuencia, en las muy rebasadas procuradurías / fiscalías, las investigaciones -de los agentes del Ministerio Público- suelen carecer de rigor profesional. Por ello -los jueces- reciben carpetas en las que (al resolver), pareciera que no imparten justicia, más bien…, que dan cátedras, por lo que no hicieron quienes les precedieron en los asuntos.
La solvencia de la mayoría del personal, del Poder Judicial -Federal y de las entidades-, se debe a que, en esas instituciones, por lo regular hay un escalafón, que suele empezar (en muchos supuestos) desde… mecanógrafo, oficial de partes, actuario, secretario, Juez, Magistrado. Además de los diversos cursos de capacitación y actualización. Así, el que ordena, lo sabe hacer, revisar y ejecutar. Trabajo de calidad. Con algunas excepciones -que suelen acentuarse- en el fuero común, en donde son más frecuentes los compadrazgos.
En tanto, en seguridad pública y procuración de justicia, los que logran destacar, ante el escenario nebuloso que ahí encuentran (en mucho por la falta de preparación), una vez que adquieren solvencia profesional, emigran a otros quehaceres, y solo en muy pocos supuestos permanecen para consolidar una carrera. En esos entes administrativos suele reinar la improvisación, están carentes de capacitación, tienen sueldos bajos y son… “el hilo mas delgado”, que suelen romper, ante la vorágine que de pronto aparece.
En el escenario de las ‘adelantadas’ campañas, sería relevante… se ocuparan del tema; solo que -en seguridad y procuración de justicia-, los gobernantes y los aspirantes… el clásico, “ni las ven ni las oyen”. Ya en el poder -a la fácil-, echarles la culpa a los jueces, sin advertir que, el Consejo de la Judicatura está, precisamente, para ocuparse de las falencias en la impartición de justicia. Luego, los reclamos airados, sin queja de por medio, solo contribuyen a la confusión y al revoltijo. Bueno sería, dar seguimiento a las quejas y actuar en consecuencia.
Bien valdría la pena que -el Ejecutivo- mire hacia adentro, para analizar y evaluar cómo es que actúan (en seguridad pública y en procuración de justicia), de acuerdo con la capacitación y solvencia, de quienes hacen esas tareas, sin que lo prioritario se echarles la culpa a los jueces; mejor, ocuparse de las causas: ¿fueron rebasados los plazos de ley?, ¿no observaron las formalidades?, ¿faltó sostener -en forma debida- la imputación?, etcétera.
Es indispensable dotar de herramientas a los agentes de Policía y del Ministerio Público, para dar el paso, y tener niveles de seguridad y procuración de justicia de primera. La afirmación, desde la escena política…, en contra de los impartidores de justicia, denosta al propio Ejecutivo.
En tanto no exista el mismo nivel de formación y, con ello, solvencia profesional -en procuración de justicia y en su impartición-, no podrán hablarnos de “trasformación”. No es saludable, para la vida del país, por lo que ven desde afuera, la ostentación recurrente…, en tanto los muertos son más y más y la persecución a las grupos delictivos organizados, menos y menos. Litigar en los medios no es adecuado. Hacerlo frente a un micrófono, genera una imagen de mercado.
En el dialogo con colegas, apremian las inquietudes, porque… el INACIPE, el otrora bien ponderado instituto; reconocido, como la meca de las ciencias penales en América Latina, y del que egresaron brillantes penalistas, solo flota. Parece un pegote de la FGR. Lo que desde ahí era posible rescatar, en beneficio de la procuración de justicia, hoy está en el limbo. Ahí -la ‘trasformación’- fue a la inversa.
En tanto, los pre, pre, precandidatos, en los tiempos adelantados (acaso, como distractor, por lo que ocurre en el día a día, en seguridad y procuración de justicia), suben, bajan, van, vienen, discuten y pelean; todo lo justifican y poco atienden. No escucho, en ninguno de sus pocos argumentos, que refieran a la justicia. Hablan de seguridad, como si fuera un todo, como un revoltijo que ni ellos entienden. Sin separar los cinco rubros de referencia.
Dijo alguien, inmerso en la política, al referir a las tareas de procuración e impartición de justicia…, “eso no da aplausos ni votos”. En tanto, la Corte Interamericana, acaba de dictar una sentencia, que obligará -a México- abordar los temas: ‘prisión preventiva oficiosa’ y ‘arraigo’, como algo prioritario y preponderante. No hacerlo, abundará al descontento y la factura será de alto costo.
Con esa determinación internacional, es improrrogable -para las fiscalías- ocuparse de sus asuntos con mucha más atingencia, sin echarles la culpa a los jueces. Ojalá los muy obsesionados precandidatos, le dediquen unos minutos al tema. Con seriedad. Al margen de revoltijos.
Comments