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LOS OLVIDADOS

Foto del escritor: Palemón AlamillaPalemón Alamilla



En 1915 apareció a la luz pública, la extraordinaria novela de Mariano Azuela, Los de abajo. El personaje central de la obra fue Demetrio Macías, y la denominación, por la referencia -al escalafón del menor nivel- del estrato social… los que hicieron la Revolución.


Después de un siglo, de tantos acontecimientos posrevolucionarios, ya sin reyertas, porque (en teoría), ya fueron ganadas las conquistas sociales; solo que, en la vida diaria hay pendientes, bajo otras denominaciones y que, en mucho, afectan al estrato social de más abajo. Veamos lo que pasa en el mundo de la justicia (procuración e impartición).


Para ello, primero refiero a las más de dos mil quinientas instituciones de formación…, ¿un abogado en cada hijo te dio?, en tanto, quienes las autorizan, no revisan cómo es que los ‘forman’. En algunas, les ofrecen titularse (de licenciatura de tres años), con una maestría de uno, y hasta un doctorado honoris causa. Lo importante es que, la caja registradora, no deje de ‘sonar’.


Ya en la calle, “suerte te de Dios”, y que te encuentres con un agente del Ministerio Público o con un Juez, que velen mas por los intereses de ambos, que por los destinatarios de justicia y por las víctimas y ofendidos…, los de siempre… “los de abajo”.


Las nuevas tendencias procesales, están encaminadas a la solución de los problemas -desde la justicia alternativa-, bajo las diversas denominaciones, de todas las figuras procedimentales, que así lo permitan; solo que, no hay continuidad en los planes y programas de gobierno. Lo diré por enésima vez, en México, cada seis años nos reinventamos.


Al inicio de la presente administración, contrario a la esencia del sistema penal acusatorio (a la par de “los abrazos”), aumentaron el catálogo de delitos de prisión preventiva oficiosa, sin advertir que, el trámite del proceso penal -en libertad- no es sinónimo de absolución. A la hora de abogar por una América unida, ni se enteraron de que -ese sistema procesal-, fue anhelo de los países de Iberoamérica, cansados del oscuro proceso penal, que, a quienes más afectó fue a “los de abajo”, a los hoy olvidados.


En el sistema de justicia penal, antes teníamos 33 códigos procesales penales y, al acudir a las diversas entidades, debíamos ‘asomarnos’, para conocer algunas particularidades, antes de ocuparnos de un trámite jurídico – procesal. Hoy, que ya hay un solo código procesal penal, debemos enterarnos, cómo es que lo ponen en práctica, en distintos lugares. Además de que, somos tantos abogados, en el territorio de los hoy olvidados, que -muchos- (quizá por su formación y convicción), no acuden a las nuevas tendencias procesales. Al contrario, quieren litigios sí o sí, pues hay que cobrar.


Un colega ofreció resolver un problema, bajo el argumento que, al no ser la firma -usual- de quien (en la realidad) ‘suscribió’ un documento, no está obligado a pagar; en tanto, un perito en grafoscopía puede desmentirlo, con las consecuencias que ello implica. Mejor liquide su adeudo, le dijimos, y evite un antecedente penal y un pago mayúsculo, por el simple paso del tiempo. Lo convencimos. Cierto, solo pagó la consulta, que no es la expectativa económica… de esos ‘muchos’.


A la consultante acompañó la angustia. Empezó con un pequeño préstamo -al agiotista-, quien después de un atraso, sumó intereses e hizo ‘ajustes’ y de esos casi -cien mil pesos-, la Juez Civil ya ajustaba liquidaciones (sin reconocer pagos parciales), que rebasaban los novecientos mil pesos. ¿Cuánto gastó ya en su defensa?, pregunta obligada y… respuesta impactante… “casi doscientos mil pesos”. Si hubiese pagado desde el inicio, habría resuelto su problema… SIN ABOGADOS.


Cierto, somos abogados, no gestores y, de pronto, debemos hacer actos de defensa (de un particular o de la colectividad), según sea el desempeño; porque, muchos pasan del uso al abuso y -ahí- es donde debemos aparecer. Solo que, mirando en todo por el ofendido y la víctima, sin convertirnos en otra carga, para quien ya tiene encima un problema.


Los anteriores ejemplos, son solo dos granitos de arroz, en esa rebosante cazuela de grandes problemas. El drama del día a día. Porque… quienes llevan los destinos de las procuradurías / fiscalías y los tribunales supremos, en las entidades (con las salvedades dignas de admiración), están absortos en los eventos, los discursos, las entrevistas, etcétera. En los lugares alejados, algunos jueces y agentes del Ministerio Público tienen sus cotos de poder…, allá en donde no van sus superiores. En donde están los olvidados.


En cuanto a la economía, en la semana del 9 al 15 de enero, le preguntaron al presidente, en una de sus mañaneras, por el incremento en las canasta básica (que no incluye el gas y… ¿cómo es que guisan? [entre otras cosas]), y ordenó mostraran, en la pantalla, las ‘láminas’ que, los lunes, lleva el titular de la Profeco, para referir a las tiendas de autoservicio que dan más barato.


Aunque… esas tiendas, no están en donde viven la inmensa mayoría de los de abajo. Ellos (en economía, como en justicia) están en el último eslabón, de la cadena de distribución e impartición, y son los que pagan los costos más altos.


Corrección, no están del todo ‘olvidados’, los olvidados. En los partidos políticos (cada que hay elecciones) recomiendan acercarse, a los “del voto verde”, a los del campo. Después… solo con su ‘paguito’ mensual a los adulos mayores; ah… también a los jóvenes, para que lo gasten en ‘recargas’ y en ‘chelas’, en las tiendas que no son del agrado del presidente. Beneficios que después salen caros, porque ellos no tienen carros que utilizan gasolina subsidiada y les procuran e imparten justicia, solo…, como en simulacro.




 
 
 

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Rodríguez Puebla esq. Francisco I. Madero (altos), Colonia Centro

Progreso de Obregón, Hidalgo.

Correo electrónico: info.alamilla@gmail.com

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