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LA SUPREMA CORTE… …NO Y SÍ

Foto del escritor: Palemón AlamillaPalemón Alamilla



Le (s) reitero mi felicitación, con el deseo de salud, armonía y éxitos, para el 2024. Durante 2023, con gusto, les ofrecí 26 artículos y las infaltables Calaveritas; en el año que recién concluyó, incrementaron un 40% las interacciones, en www.palemonalamilla.com, con relación al 2022. ¡Gracias!

 

De esas publicaciones, las más leídas fueron: 1º. ¿Sin jueces?, 2º. Servicios periciales y 3º. Víctimas (ciertas) y culpables (presuntos). En sentido inverso, a esa preferencia, citaré algunos párrafos y dejaré, la que ocupó el primer lugar -como estelar-, por el interés que generó.

 

En mi artículo Víctimas (ciertas) y culpables (presuntos), no contradije el cúmulo de derechos que tiene el imputado o acusado; solo, pedí -no- olvidar a las víctimas. Cito, de esa publicación, lo siguiente: por “…una ejemplar resolución (una más), de la Corte Interamericana de Derechos Humanos…, será necesario actualizar algunas disposiciones de los procedimientos penales, en México. A consecuencia, la figura del arraigo no tendrá aplicación; la prisión preventiva -de oficio- también desaparecerá, y solo será procedente -por causa justificada- y, para acreditarla, el Ministerio Público, requerirá de preparación, sensibilidad…”.

 

Sin transgredir esos derechos, insisto, las víctimas deben ser el centro de la atención. Así el Ministerio Púbico (en especial el del fuero común), la tendrá como referente de actuación; porque, es su abogado, en estricto sentido. De ese artículo, acoté: “…atento invito a una reflexión -a todos-, incluidos los integrantes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y de la Corte en cita:

 

Desde el momento mismo, de la comisión del delito, hay < víctima cierta >. De quien lo perpetró…, ¿sabrán quién fue?, ¿lo ubicarán?, ¿lo detendrán y procesarán? y, aun así, solo será < presunto culpable >. Su culpabilidad -plena- será en sentencia irrevocable y, para ello, pasarán meses o años.”

 

Con relación a los Servicios periciales, no se justificaría -en pleno siglo XXI- una investigación a cargo del Ministerio Público, y una sentencia en la que, el juicio previo, carezca de la intervención de los expertos -en la materia- de ese trámite judicial. Lejanos los tiempos en los que, quienes realizamos labores de investigación, nos apoyábamos en los excompañeros agentes federales (de guardia), quienes peritaban en balística, avalúo, etcétera; sin que, defensores y jueces, los cuestionaran. Además, en mi artículo que así intitulé, dije:

 

“…la inquietud que surgió, poco antes del año 2000, relativa a crear un Instituto de Servicios Periciales, ajeno a las entonces procuradurías (salvo en Jalisco), quedó… en eso. Ni en la competencia Federal, ni en las otras entidades federativas, cristalizó y no vemos para cuando. Contrario a la muy cacaraqueda ‘autonomía’ -de las fiscalías-, sería más relevante hacer autónomos esos servicios, para que, los agentes del Ministerio Público y los abogados postulantes, estemos en la misma imaginaria y, de paso, observar el principio de igualdad, en el proceso penal.

 

Concluí, el contenido de ese artículo, por lo que ocurre en materia civil, que, como en materia penal, hay complejidad; aunque -en la primera-, las partes (en teoría), están en igualdad de circunstancias: “…en la secuencia de un juicio ordinario, en un escenario rural, cercana la designación de un perito tercero en discordia, a fin de que dirima entre los que ofrecieron las partes. “¡Cuidado!”, recomendaron, “el ‘tercero’…suele ‘escuchar’ a quien se ‘acerque’ primero, si no tiene la razón, eso es otra cosa” y, -ahí también- el discurso… muy lejos de los pobres.


Insisto, sin pretender cansarlo (s), el artículo -que más llamó la atención- fue el que intitulé ¿Sin jueces? De esa publicación, dije en dos de los párrafos que lo integran:

 

“El señor presidente de la República insiste, y, desde el atril de sus conferencias matutinas, enfatiza su discurso relativo a la elección de los jueces, por voto del pueblo bueno. A la par, pone a trabajar el ‘andamiaje’ oficial…, porque -para él-, algo de lo que está mal en México, es por algunos de los ministros, magistrados y jueces. En suma, no tolera al Poder Judicial de la Federación. La mayoría de los comunicadores, que ahí asisten, lo secundan sin la mínima reflexión.”.

 

“…ante el argumento del presidente, de elegir a los jueces, como él lo expone, solo aconteció en Bolivia… “…con la concurrencia del 5% del electorado, y el consecuente cúmulo de deficiencias. Porque, impartir justicia, no es de simpatías ni de afectos. Además, la historia nos ilustra, y, en la evolución de la teoría del delito, en el periodo del ‘Irracionalismo’ (en el tiempo de los nazis), operó, con los infortunios que causó, ‘la jurisprudencia de los sentimientos’.” Ahí…, los que con ellos se identificaban, tenían canonjías y, para los que no, aun sin cometer delito…, “…la fuerza del Estado”.

 

‘Pregunta’ el señor presidente, ¿qué hace, a favor del pueblo, la Suprema Corte? (impedir frenesíes de otros poderes), y…, no alude a los jueces de las entidades y de la Ciudad de México, que son (en el día a día), los que tienen contacto con la población… …por los divorcios, pensiones alimenticias, apeos y deslindes, etcétera. Eso, correspondería a los gobernadores y al jefe de Gobierno de la Ciudad de México, quienes nada dicen al respecto. En la ‘mira’ del presidente, están los de la competencia federal. Ahí ¿quisiera?, contra la división de poderes, ¿un ‘cheque al portador’?, ¿es eso?

 

Desde la primera de sus conferencias matutinas, de este 2024, insistió -el presidente- en reformar al Poder Judicial Federal, que, por una parte…, no tolera y, por la otra, en forma tácita sí acepta, y hasta parece su semillero político de altos niveles, por dos personajes:

 

La primera secretaria de Gobernación, de su administración, fue la doctora Olga Sánchez Cordero, quien -en la Suprema Corte- hizo sólida carrera. Esa designación no fue algo excepcional; el doctor Arturo Zaldívar, presidió esa institución cuatro años y, ahí estuvo, hasta que renunció ¿para…?..., y, antes de que el Senado aceptara su dimisión, ya había hecho pública su incorporación al proyecto, por el que -el presidente- hace campaña, desde hace meses y todos los días.

 

Así, el tono y el tinte (otra vez), pretenden asfixiar a la justicia. Ahí, ni los medios ni los fines… justifican.







 
 
 

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Rodríguez Puebla esq. Francisco I. Madero (altos), Colonia Centro

Progreso de Obregón, Hidalgo.

Correo electrónico: info.alamilla@gmail.com

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