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LA MANO QUE…

Foto del escritor: Palemón AlamillaPalemón Alamilla



En su campaña presidencial (la tercera), el señor presidente ofreció que -en dos años- pacificaría al país. Ya pasaron seis y no…, …en su administración, ya van 187 mil personas asesinadas y más de 52 mil han desaparecido. Según datos oficiales hay 79 homicidios al día. Además, la inseguridad, impacta en el proceso electoral…, …hay 30 candidatos asesinados; todo eso sin precedente en México…, y, aun con ello…, ¿ponerle segundo piso a la llamada 4T? ¡Uf! Con esos resultados:

 

O…, se equivocó al repartir tareas de seguridad e investigación de la delincuencia organizada (la que crea ese monstruoso escenario); o…, copió mal la frase, que, hace más de cuarenta años acuñó el extinto Jorge Cárdenas (dos veces presidente municipal de Matamoros, Tamaulipas); quien, como lo narran quienes así lo recuerdan…, …ante la mala práctica ciudadana, de hacer disparos -al aire- al recibir el año nuevo, buscó armonía social con su intensa campaña: “abrazos, no balazos”.

 

Es cierto, el problema de los homicidios no inició en la actual administración; solo que, desde aquella ‘declaración de guerra’… a …los abrazos, la ciudadanía quedó en medio de las fallidas estrategias. Tan equívoca una, como la otra. Y lo son, porque solo con investigaciones serias, profundas y profesionales (no con supuestos), deben llevar a quienes delinquen ante los jueces.

 

En mi libro Por la puerta de enfrente. Relatos de un agente del Ministerio Público, al referirme a lo que aconteció, después de mi paso por la entonces Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada, y, por lo que ocurrió en esos tiempos, dije: “…Las deficientes investigaciones, se caían por inconsistentes, con el descrédito para la SIEDO. La otrora subprocuraduría, de actuaciones de rigor, se desvanecía -así- como le gusta al mundo delictivo.”

 

Algunos, carentes de responsabilidad, dicen que, la angustia de estos tiempos, la ocasionaron quienes participaron desde la desaparecida Dirección Federal de Seguridad, creada en 1947. Vaya forma de desbarrar. Muchos de los líderes, de los cárteles que hoy operan, ni siquiera habían nacido. Culpar al pasado, es no poder (o no querer) enfrentar el presente, ni prevenir para el futuro.

 

En otro pasaje del libro de referencia dije, a propósito de la invitación, que, en mi función de agente del Ministerio Público Federal, tuve el privilegio de recibir del Gobierno de los Estados Unidos de América; …al visitar las oficinas alternas del Buró Federal de Investigación (FBI), en la ciudad de Washington, alguno de los anfitriones comentó, a propósito de las agencias de seguridad:

 

“…aquí, en nuestro país, ganen los demócratas o los republicanos, somos ajenos a esos escenarios; pues, tenemos delineado nuestro marco legal y nuestro proceder, en apego al orden establecido…”, y (a ese comentario), agregué en la obra en cita: “De mi país, no pude afirmar lo mismo. Opté por el silencio. En México, parece que cada seis años nos reinventamos”.

 

Con la elección de la presidenta, o del presidente, de la República y la integración del Congreso, por el proceso electoral que culminará en unos días…, ¿qué nos espera? Por fin daremos el paso, que permita consolidar cuerpos de seguridad, con agentes de Policía con preparación adecuada, en municipios, entidades y en la competencia federal…, para tener resultados que nos den tranquilidad.

 

No es fácil…, porque en doce años (también lo cito en mi libro de referencia), los cuerpos de seguridad (antes de la comisión de delito) y los de investigación (después de la comisión del hecho delictivo), actuaron casi a capricho de quien hoy está recluido en los Estados Unidos. Por cierto, su investigación, detención, procesamiento y condena, no la hizo la actual administración. Así…, el asunto emblemático y sustento de sus críticas, fue por la decisión del Gobierno de los Estados Unidos de América, no por el compromiso y el alcance de quien tanto lo presume.

 

Después de esos aconteceres ‘se llevaron’ a los cuerpos de seguridad pública la Secretaría de Gobernación y, para no variar, sin resultado alguno. Ya en esta administración, pasaron los meses y, en vez de avanzar con éxito en seguridad, crecieron las discusiones, para la asignación de tareas a la Guardia Nacional, sin avance, ante el lacerante problema, que -insisto- no es posible resolver con presencia, voz alta y golpe en la mesa.

 

Lo anterior no es una afrenta, ni a una institución ni a un mando, desde luego. Es corroborar, otra vez, y lo afirmo por enésima ocasión, que, en todo quehacer, es importante la experiencia y la trayectoria. Vamos, no hay campo (ni tiempo), para la improvisación y… para ver qué pasará.

 

Quien asuma la responsabilidad, desde el mando que le dará el voto ciudadano (no el bastón), debe tener presente que, a la institución de seguridad pública, la han traído de aquí para allá, y, algunos mandos, sin identidad con esos quehaceres. Eso, y la investigación contra los grupos delictivos organizados, son dos, de los grandes pendientes que dejará esta administración. Tuvieron su oportunidad y la perdieron. Es tiempo de crear cuerpos de Policía civil, con atención a prioridades.

 

A propósito de las elecciones, del próximo dos de junio, pululan comentarios por aquí y por allá. Para los que son de sus colores, sin reproche; y, para los que no lo son, les recriminan (como lo han hecho desde hace años), por el número de homicidios y desapariciones.

 

Al respecto, atento, los invito a leer mi artículo Manoseo y confusión (en esta página), en el que explico, a detalle, la competencia y responsabilidad -de la autoridad federal-, para perseguir a los grupos delictivos organizados, quienes generan el monstruoso escenario que vivimos los mexicanos.

 

A partir del próximo primero de octubre, podremos advertir si darán pasos firmes en la acotación y persecución de la delincuencia organizada; con eso, de facto, podrán reducir (casi a su mínima expresión), los homicidios y desapariciones (entre otros delitos), que tanto lastiman a la sociedad. Porque… -hoy- …con esa evaluación, están reprobados, quienes no hicieron su trabajo.

 

O…, si, tras bambalinas, la mano que -desde la oscuridad- mece la cuna, solo permite reinventarnos y, que -el pueblo de México- la pague otra vez.






 
 
 

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Rodríguez Puebla esq. Francisco I. Madero (altos), Colonia Centro

Progreso de Obregón, Hidalgo.

Correo electrónico: info.alamilla@gmail.com

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