
En la evolución de la investigación de los delitos -en el México contemporáneo-, podemos referir a tres momentos, según lo que, en cada uno de esos tiempos, ha dispuesto el artículo 21 de la Constitución. Esa responsabilidad administrativa es del Ministerio Público y, en un primer momento (antes de la Reforma Constitucional del 2008), fue su auxiliar la Policía Judicial.
Después, en un segundo momento, ampliaron la función a “las policías…”; y, tercero: a partir del 30 de septiembre del 2024, un nuevo ‘ajuste’ a ese artículo, dispone que -esa tarea- “…corresponde al Ministerio Público, a las policías y a la Guardia Nacional…”.
Si bien, la Guardia Nacional, se incorporó hace unos días al texto constitucional, en los hechos, desde la administración del licenciado Andrés Manuel López Obrador participó, de una forma u otra (frente a los actos delictivos), como lo hicieron público, en eventos oficiales, un día sí y al otro también.
Esa función de investigación (obtención de datos que permitan establecer quien [es], participaron en el hecho con características de delito), para llevarlo (s) ante quien la conduce; es distinta, a las funciones del Ministerio Público -ante los jueces-, como solicitar medidas cautelares… y, no se diga, respecto del ejercicio de la acción penal y la intervención en el proceso penal.
Así, el Ministerio Público, dispuso de recursos humanos para -sus investigaciones-, con el personal de la Policía Judicial; después, perdió ‘fuerza’, con la aparición de la Policía Federal de… (ya saben quién); ahora, podrán hacer investigaciones los elementos de la Guardia Nacional.
Ah, y de los investigadores (de ayer y hoy), ¿con qué resultados? Porque, cada día, ‘ganan’ terreno los infractores. Hoy…, …hay acontecimientos dantescos, que no vimos antes. Ah y sin perder de vista que, el Ministerio Público, debe tener -el soporte- que le permita acudir ante los jueces, para sostener la pretensión de sanción y, obtener sentencias condenatorias, en contra de quienes infringen las leyes.
De no ser así, los señores jueces, deben negar órdenes de aprehensión y dictar sentencias absolutorias; pues, si solo dictaran sentencias < por dictarlas >, no tendría sentido el proceso penal y, más aún, como citó mi extinto profesor Fernando Castellanos Tena, en su obra Lineamientos elementales de derecho penal, que lo inmortalizó…, …el Derecho penal, sería “un instrumento brutal de represión y control social”, con la gravedad consecuente.
En esa evolución -de investigación de los delitos-, se sumó la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, con las facultades omnímodas que -en días recientes- aprobaron los legisladores, para incorporarlas al propio artículo 21 constitucional. Citaré un clásico: “le dieron un cheque al portador”. Además de investigar, tendrá un sistema de inteligencia, para combatir a los grupos delictivos organizados…, y, al respecto, ¿qué resultados entregó -en casi seis años- la Fiscalía Especializada en Materia de Delincuencia Organizada (FEMDO), de la administración anterior < la de la 4T >,?
Respecto de ese ‘combate’ a los grupos delictivos organizados, recuerdo cuando < el personal de la Secretaría de Seguridad Pública Federal >, al mando de Genaro García Luna, se metía en la -entonces SIEDO-, como la humedad. En la realidad, pareciera que fue más lo que se coludieron, que lo que acotaron a esos grupos. Todos conocemos el desenlace. Por ello la pregunta, respecto de la FEMDO.
Cada seis años, el tema “seguridad pública”, acapara los reflectores. Al inicio… …de la administración, cuántos proyectos; y, al final… ¿qué… …resultados? Cada vez, los hechos, superan sus argumentos.
Con el licenciado Andrés Manuel López Obrador, la caída de la Policía Federal y el surgimiento de la Guardia Nacional. En la administración del licenciado Enrique Peña Nieto, el cambio de jerarquía administrativa (de secretaría a subsecretaría), para llevarla -como tal- a la Secretaría de Gobernación. Con el licenciado Felipe Calderón, la mega dependencia (¿cómo ahora?), ¿y en qué acabó todo?
Además de esa fallida tarea de seguridad pública, dos contratiempos, en la labor del Ministerio Público: falta de capacitación y excesos, como un sello distintivo de las procuradurías (hoy fiscalías).
De la falta de capacitación…, …la solvencia profesional -sobre la marcha-. Si bien, teníamos preparación en el aula y, algunos en la práctica, no es lo mismo. Y -ya ahí- muchas veces vi la angustia de los excompañeros, por sus cambios: del área de investigación a procesos penales, o, a… ‘amparos’, y viceversa. No es sencillo. Para procurar (no se diga -impartir justicia-), no hay recetas mágicas, ni es con buenas intenciones; menos aún, a base de discursos. Algunos no quieren entenderlo.
Casi nadie ve y es innegable: muchos de los mandos en las procuradurías / fiscalías, < ni antes (ni después) de estar al frente de esas instituciones >, tuvieron relación con el mundo del Derecho penal o del procesa penal. Vamos, no fueron (algunos no lo son), un referente para sus colaboradores. Llegaron por cuotas partidistas, arreglos cupulares, compadrazgos y/o… ¿a cuidar intereses?, …con la inherente improvisación a cargo de la investigación; y, la decepción, para las víctimas y los ofendidos.
Respecto de los ‘excesos’, en las tareas de investigación, que ya eran del dominio público, debió aparecer (primero), la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, para acotar la función de investigadores; que, hoy pareciera difuminarse -por su actuar en tiempos recientes -. En las comisiones estatales, en algunas entidades federativas, las propuestas y elecciones…, …de los que las encabezaron, o de los que están ahí… -también-…, …por méritos partidistas o… ¿sus relaciones?
Con nuevas ‘recetas’ y como cada seis años, hoy -también-, nos reinventamos. Nuevos experimentos, y -siempre- a cargo del pueblo bueno. Así, a las deficiencias, irregularidades y, hasta, atrocidades en Seguridad Pública de todos los tiempos; sin capacitación y excesos, en el Ministerio Público; sin una Comisión de los Derechos Humanos, en su papel y sin complacencias. Ahora, en vez de corregir lo que depende del Poder Ejecutivo, ¿‘contaminar’ al Poder Judicial con todos esos vicios?
Porque…, …la elección de jueces, ¿bajo qué reglas?, ¿por méritos partidistas?, ¿Juez y parte en su elección?; ah, y sin que falten las benditas relaciones ni los aduladores, porque… …es más fácil aplaudir unos momentos, que hacer carrera por años, ¡ufffff!

Comments