
Hoy insistiré en algunos conceptos, que referí en otras entregas. La anterior, la intitulé ¿FUNCIONA?[1], con relación al proceso penal acusatorio en México y, para dimensionar la relevancia del tema, aludí a la importancia de revisar la historia, los antecedentes en nuestro país y los conceptos del Derecho penal que, como he reiterado (en diversas disertaciones), cambiaron de denominación y de ubicación en la secuencia procesal; es decir, fue un cambio estructural.
Algunos de los que ‘enseñaron’ el sistema penal acusatorio, se ‘perdieron’ en su explicación, por no revisar los antecedentes; y no solo históricos, en forma especial la evolución en México. Partieron de que es un “nuevo” sistema y, sin reflexión, ‘borraron’ los antecedentes y se ‘extraviaron’ y, de paso, confundieron en sus disertaciones. Así lo han hecho en diversos cursos.
Quizá por ello, al exponer un tema -en la maestría- una alumna (que ya ejercía la profesión, desde el sistema penal tradicional), preocupada preguntó… “…profesor, qué hacer en la audiencia…, eso es lo que yo quisiera saber y…, la respuesta fue muy sencilla…, de responder y fácil de comprender…, pues… ya no son esos tiempos en los que, el Ministerio Público (en el pliego de consignación), llevaba -al Juez- el ‘borrador’ del auto de formal prisión, que, se convertía en el boceto de la sentencia.
Continué: en el sistema actual, ante la falta de procedencia, para buscar una salida alterna, la terminación anticipada, el procedimiento abreviado y, en su caso, algún criterio de oportunidad, seguiremos la secuencia procedimental, hasta llegar a juicio, con el ‘reacomodo’ de las figuras que -antaño- se referían el cuerpo del delito y la probable responsabilidad.
Agregué: ahora -la Fiscalía y la Defensa- construirán la teoría del caso, desde el inicio. No se trata de que, el Defensor, solo sea relator, de lo que hizo el Ministerio Público en lo ‘oscurito’. Los tiempos cambiaron. Los países de Iberoamérica (a los que se refiere el señor presidente, en estos días, por un evento internacional), lo patentizaron en las Quintas Jornadas Iberoamericanas de Derecho Procesal en Valencia, Venezuela, para no tolerar más un sistema anacrónico; que…, los integrantes del equipo de seguridad -del primer mandatario- parecieran desconocer…, ese antecedente.
Insisto, nada nuevo, en tanto vamos camino a…, porque el cambio no pudo ser drástico; empero, en México (lo afirmo con respeto), cada uno siguió su modelo. Algunos siguen en la creencia de que…, es lo que teníamos, solo que, en sala de oralidad. Otros, que se trata de aquel proceso, en el que elogiaban las resoluciones de más de mil fojas, en el mundo de papel.
Insisto también, sin el ánimo de cansarle: lo que no hagan en prevención del delito y en seguridad pública, impactará en una carpeta de investigación. Por lo anterior, ese ‘antes’, de la comisión del delito, debe tener especial atención. No es tema menor.
Por ello, la trascendencia de la seguridad pública (que la han traído de aquí para allá). Quizá, por no ser abogado, aquel siniestro personaje, hoy recluido en los Estados Unidos, no llegó a ser subprocurador y solo estuvo en la PGR -como director de la que él llamó la Agencia Federal de Investigaciones (AFI)-, para después tener una Secretaría de Seguridad Pública Federal, a su gusto, a su modo y a su conveniencia. No para proteger a la sociedad, como quedó al descubierto.
Después se llevaron -esa seguridad pública- a la Secretaría de Gobernación, sin sentido y sin resultados. El modelo lo ‘copiaron’ algunas entidades federativas y…, lo mismo. Por cierto, en esos tiempos, apareció la Gendarmería, con lastimosos recuerdos sociales.
A consecuencia de los anteriores escenarios, hoy -el presidente- afirma que, la Guardia Nacional, es lo que nos faltaba, para tranquilizar al país, en tanto la violencia no cesa. Hay entidades en las que, algunos pobladores (por lo que ocurre en el día a día), sienten tan lejana, como antes, la solución. Lo que pasó esta semana en Zacatecas, es escalofriante. Además de que no hay contención, la FEMDO…, invisible y sin informar cómo es que acota a los grupos delictivos organizados, después de 3 años y 6 meses de esta administración.
Bajo diversa denominación, en las distintas administraciones, quede claro: antes de la comisión del delito, está la responsabilidad de quienes brindan seguridad pública (federal, estatal y municipal) y, lo que dejen de hacer -insisto-, será una investigación a cargo de Ministerio Público y, si hay deficiencia (en seguridad pública e investigación), no es válido echarles la culpa a los jueces.
Luego, al ocuparse de la seguridad pública -además de las estrategias- deberán conocer lo relativo al sistema penal acusatorio. Para ello, prepararse y responder, también, en lo administrativo – jurídico. No es posible -insisto- (de otro de mis artículos), acudir ante el Juez, con presencia, voz alta y golpe en la mesa. Eso, en materia jurídico – procesal – penal, no opera ni tiene futuro.
Los homicidios, por los enfrentamientos entre grupos delictivos organizados, oscilan entre los resultados de otras administraciones. Hoy, los perversos, ‘ocultan’ a sus víctimas…, porque las desapariciones (fenómeno que tiene el mismo origen [eso no es entre particulares]), va en aumento.
Las tareas, de seguridad pública, son ajenas a la formación del personal Militar; aun así, el presidente se las asignó, quizá por urgencia; además de que, desde hace años (antes de la actual administración), participan en las reuniones de seguridad, en todas las entidades, y conocen del tema. Quizá por eso -el primer mandatario- visualizó los resultados que hoy, por lo que pasa en el día a día, debe evaluar y, al hacerlo, no por la numeralia, sí por la angustia de las víctimas y los ofendidos. Ese parámetro, como el viejo adagio latino…, “contra los hechos, no caben los argumentos”.
________________________ [1] La puede usted leer en mi página: www.palemonalamilla.com
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