
En nuestro México actual, dos palabras escuchamos con frecuencia: ‘soberanía’ y ‘austeridad’. La primera, para referir a un pasado en el que -la Nación- estuvo impregnada de un aroma de conquista y hasta de intromisión, nos dicen.
Escuchamos del cambio de efigies de personajes de otras latitudes, para colocar imágenes alusivas a nuestros ancestros directos. Ante esa actitud oficial, me atreví a preguntar… …por ser de la autoría de un español., ¿también van a cambiar la música de nuestro himno nacional?
Qué tanta identidad podrá darnos, ver nombres en calles, monumentos y muchas otras cosas más (alusivas a nuestra muy rica cultura mexicana), si de pronto vestimos como los ingleses (traje y corbata), usamos teléfonos celulares[1], que inventaron en Estados Unidos y vehículos que tienen sus orígenes en otros países.
Bastará el cambio de forma, para mandar el mensaje -hacia afuera- de que, hoy México es otro, en tanto -hacía adentro- no advertimos un cambio en diversos temas, que son de gran preocupación en el día a día, en forma especial y preponderante, en seguridad y procuración de justicia (las áreas solo cambian de nombre).
Los homicidios, producto de los enfrentamientos (a causa de las disputas entre grupos delictivos organizados), son una constante y, en algunos casos, disminuyeron, para mutar en desapariciones, solo eso. El real avance, solo podrá constatarse en el número de detenidos y aseguramientos de instrumentos, objetos y productos del delito.
Respecto de la ‘austeridad’, celebro que esta semana, el señor gobernador de Baja California Sur, expuso de cara a la ciudadanía, (en amplia conferencia de prensa), el tabulador de sueldos, de él y sus colaboradores.
Advierto que, en el nivel de procurador, que tuve hace seis años, al inicio de la anterior administración, será de 75 mil pesos. A mí correspondió un ingreso inicial de 70 mil, en un gobierno de ‘derecha’ que después -pareció- migrar a la ‘izquierda’, pues al año siguiente, nos redujeron el 10% y quedó en 63 mil pesos mi ingreso neto.
Luego, de esos 63 mil, a los 75 mil de ahora (a 4 años que concluyó mi función), se advierte que el nuevo salario que percibe el Procurador tiene un incremento de 19.1%, lo cual representa un aumento incluso mayor al de la inflación durante dicho periodo. Además, si de austeridad tenemos que hablar, con gusto le (s) comparto: en los primeros seis meses de mi responsabilidad -acredité- que la oficina a mi cargo (solo el despacho del procurador), ahorró 800 mil pesos.
Además -por decisión personal- no tuve escolta de 13 agentes, que estaban listos “para mi servicio y apoyo”, lo que representó no utilizar 2 vehículos (combustible y mantenimiento) y los viáticos de mis acompañantes, en las constantes visitas que hice (sin anunciarme), a todas las agencias del Ministerio Público -en todo el Estado- durante 2 años y 2 meses. Eso fue una fortuna.
Hacia adentro del país, la austeridad no es nueva -sí el derroche- en forma por demás lamentable, y es lo que perciben hacia afuera. En una muy necesaria evaluación al respecto, encontré escolta y gastos superfluos. Los quité a ambos y, como diferencia, entregué la primera procuraduría -en México- que concluyó con el rezago histórico de averiguaciones previas (hubo respuesta a las víctimas), entre otras cosas.
Insisto, la austeridad no es nueva, tampoco lo es la violencia (competencia federal). De la primera ya nos hemos ocupado algunos; de la segunda, es imperioso que haya una respuesta. Después de tres años, ya no es posible hablar de ‘herencias’. No responder, sería otra falencia.
De lo último, saludo con agrado, la posición oficial (acertada o no en la forma), con la que -México- ha expuesto, la necesidad del cese inmisericorde del mercadeo de armas y municiones, cuyos efectos resentimos desde hace mucho tiempo.
En otros tiempos -hacia adentro- le dieron otro enfoque, que generó (hasta atentados), en contra de oficiales extranjeros; además de no repeler, a los grupos delictivos que se sirven de esos artefactos. Hoy es tiempo de que la ciudadanía así lo perciba; ah, y también -hacia afuera-.
_________________ [1] De acuerdo con datos de The CIU -hoy- en México, 9 de cada 10 personas usamos un smartphone.
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