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EL MEOLLO Y LA DIFERENCIA

Foto del escritor: Palemón AlamillaPalemón Alamilla



La última semana de marzo del 2022, dos acontecimientos de resonancia nacional y, quizá, hasta internacional, acapararon la atención. Al referirlos, aludo a la intervención de las autoridades, no por su relevancia, ambos la tienen.


En Michoacán, 20 personas perdieron la vida en un palenque. Si bien la investigación es competencia del fuero común, hubo armas de grueso calibre y las portaron integrantes de grupos delictivos organizados (eso no ocurre entre particulares), con ello, apareció un eslabón más de la cadena de eventos de alto impacto, en esa y en otras entidades, en las que deben actuar (ya sin demora) las autoridades federales.


En el próximo informe de ‘seguridad’ (del día 20) -desde Palacio Nacional y en presencia del presidente-, el subsecretario de Seguridad y Protección Ciudadana, mostrará imágenes, para explicar lo que aconteció, como si él fuera el fiscal que lo investiga. Quizá hasta exhiba fotos de algunos “alias”, como si se tratara de una reseña periodística, no la respuesta de la autoridad por tan impactante acontecimiento.


Con ello, otra vez… el relato de lo que pasó (hasta con imágenes, para embelesar a la concurrencia) -no la estrategia- para evitar tan terribles resultados. Insisto, en tanto no haya prevención del delito y actividades de seguridad pública, todo impacta en el inicio de una carpetea de investigación. Insistiré, también, en la cita al ‘tuit’ de la colega: “el Derecho penal aparece, cuando el daño ya está hecho”. Ese es el meollo.


Cuando parece que ya ocurrió lo más terrible, pronto…, algo más lo supera…, y aparece el relato, no la estrategia -hasta hoy- ausente. Después de más de tres años, la ‘trasformación’, no trasforma.


Del otro acontecimiento, por enésima vez, un asunto llega hasta Poder Judicial Federal y, ahora, en su más alta expresión, para enmendar la plana a las autoridades del fuero común…, porque, quien denunció, no intentó una acción penal privada (improcedente para esos delitos), acudió ante el Ministerio Público y, después, conocieron un Juez y un Magistrado y, por esas acciones (en su conjunto), una dama estuvo en reclusión 500 largos días.


Hasta los ‘expertos’ voltean al denunciante y arremeten en su contra; insisto, como si fuera acción penal privada. En ese y en cientos de asuntos (ya no son casos aislados en todo México), a quienes hay que pedirles explicación, es… a quienes conocieron de la investigación y a los impartidores de justicia.

La resolución, del más alto Tribunal, fue la crónica de una decisión anunciada, porque la vieron la mayoría, menos quienes juzgaban. Cierto, el Derecho es de interpretación (entre abogados); la justicia no (entre ciudadanos).


¡Esa es una sustancial diferencia!, entre -el fuero común y el fuero federal-, saber decir ¡NO!, ante las ‘presiones’ que ejercen desde el poder (político, social o económico [aunque digan lo contrario]) y, erigirse -en autoridad- con conocimientos y con carácter.


Cada Tribunal local tendrá su estadística y, con ello, podrá evaluar sus propios resultados (por los asuntos que devuelven al Ministerio Público y en los que hay amparo); así como los de -relevancia-, por quienes en ellos participan. Es innegable -en el fuero común- es en donde hay más presencia de abogados de ‘prestigio’, que hasta tienen derecho de picaporte, para la atención de asuntos que suelen encargarles, hasta de altos escenarios de la vida pública.


El día que -en el fuero común- en todas las entidades de la República, estén a la altura de la justicia y, con ello, rechacen las referidas ‘presiones’, la respuesta a los gobernados será otra. Ya no será necesario esperar meses y años, por la saturación que tienen los tribunales federales… a consecuencia.


Pronto, otra decisión -de la autoridad judicial federal- saldrá a escena, en el asunto “presunto culpable”, en el que, -las autoridades del fuero común-, quedarán en evidencia. Otros asuntos (sin ser mediáticos) seguirán el mismo sendero y, hasta con la mal entendida ‘autonomía’, insistirán en ‘tapar’ ¿los hierros?


Al hablar de ‘trasformación’ -la seguridad-, hasta hoy, es ajena. En la justicia, del fuero común, hacen falta más jueces y magistrados -profesionales y valientes- que sepan decir ¡NO!, a la encomienda, contraria a la justicia…; ah, y no solo en materia penal.

 
 
 

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Rodríguez Puebla esq. Francisco I. Madero (altos), Colonia Centro

Progreso de Obregón, Hidalgo.

Correo electrónico: info.alamilla@gmail.com

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