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DESDÉN POR LA LEY

Foto del escritor: Palemón AlamillaPalemón Alamilla



Hace ya más de un año y seis meses que comparto con usted (es) mis artículos, en los que, por lo regular, aludo a temas que se relacionan con mi actividad profesional, como abogado en el servicio público, en la actividad del litigio, la docencia y a mis trabajos relativos al proceso penal, antes y después de la llegada del sistema penal acusatorio a México.


Cuando no lo hago así, es por aludir a mi actividad, por la afinidad con otros temas. En uno de los artículos referí a las reglas del deporte, para ensalzar la impartición de justicia y destacar que, al hacerlo, debiera ser como en la charrería, porque -ahí- el público escucha -de los jueces- la calificación y armoniza lo que vio momentos antes. Ello le da credibilidad y permite que el conglomerado domine las disposiciones normativas.


Así, el deporte mexicano por excelencia (que nació en el campo, lejos de la retórica de sabios), es prototipo de la impartición de justicia, como debiera ser en todos los ámbitos. Solo que, en la actual administración, en forma tácita, frenaron el avance del sistema penal acusatorio, del que los países de Iberoamérica acordaron poner en práctica, para dejar mas de cien años de justicia anacrónica.


En otro artículo referí a la falta de congruencia, al pedirnos a los mexicanos -el aval- para proceder en contra de los expresidentes. Cité (de Mateos 27:24), a quien fue miembro del orden ecuestre y quinto prefecto de la provincia romana de Judea: “Entonces Pilato, viendo que nada adelantaba, sino mas bien se promovía tumulto, tomó agua y se lavó las manos delante de la gente diciendo: inocente soy de la sangre de este justo. Vosotros veréis”. El señor presidente de la República, no puede decirnos -así- y, peor aún, después repetir -hasta la saciedad-, que, las desgracias de hoy son por culpa de ellos.


Lo anterior, incluso, contrario al artículo 14 de la Carta Magna: “…queda prohibido imponer, por simple analogía, y aun por mayoría de razón, pena alguna que no esté decretada por una ley exactamente aplicable…”; con el desdén por la ley, lo cual se torna una constante y es algo por demás preocupante.


Lo es, porque…, en seguridad, ese fue el punto de despegue o el sello de la administración…, “lavarse las manos”, al grado de ofrecer abrazos, con lo que ello trajo a consecuencia. Ahora, a esa inadecuada decisión, surge -el sesgo de la mirada-, para no ‘ver’ lo que ocurre con la difusión de diálogos y videos.


Primero, surgieron conversaciones en las que estuvo implicado el presidente de un partido político. Incluso el fiscal general de un estado, de la República, acudió al Congreso, para gestionar su desafuero, que no ocurrió, porque estuvo activo en temas de la vida pública de México…, ¿con esos antecedentes? Qué frustración para el fiscal. Qué desdén por la ley y por el orden jurídico.


En esta semana…, más videos… de supuestas conversaciones de un senador de la República, con el que pedían su desafuero. En ambos casos…, el mismo origen: por una gobernadora; quien, debiera decir cómo es que los obtuvo, si contó con autorización judicial para obtenerlos, si entre sus facultades está exhibir videos y erigirse en jurado, para hacer descalificaciones del actuar público. Todo ello…, con el desdén por la ley. A caso, el fiscal general de la entidad que gobierna (quien pedía el desafuero), no le ha comentado que eso puede constituir un delito.


De las irregulares, en el actuar de un servidor público, debe ocuparse la autoridad, con total legitimación y proceder en contra de los infractores, al margen de otros intereses y sin desdén por la ley.


Como explicarle a los gobernados (a los que les pidió el voto -de confianza- para gobernarlos), que quien difunde audios y videos, lo hace distrayéndose de sus tareas y del tiempo preciado que debe dedicar al desempeño de la función pública, ¿para…? Los que le atribuye al senador, sin siquiera guardar relación, con la entidad que gobierna y… le aplauden desde los altos ¿niveles? Qué desgracia para México.


Al inicio de la actual administración, fui uno de los que (quizá muy en el fondo y sin hacer actos de proselitismo), ‘compró’ eso de la trasformación…, por venir de una inercia en ese sentido, al concluir mi etapa de procurar justicia en una entidad (sin escolta), a fines del 2017, en la que, entre otras muchas cosas, concluimos con el rezago histórico de averiguaciones previas. Hoy me sumo a los desilusionados.


Desde luego es necesario trasformar. Todo evoluciona. Los jóvenes ya no se adaptan a lo que tuvimos por años. Por ello, los países de Iberoamérica dieron un vuelco al sistema de justicia penal anacrónico, en el que -en México- nos empantanamos cada día, porque, insisto, ´frenaron´ el avance del sistema penal acusatorio. Qué pasó con la acción penal por particulares, con el procedimiento para personas jurídicas. Solo son figuras decorativas en el Código Nacional de Procedimientos Penales.


Ante los altos niveles de inseguridad, y sin visos de solución, los actores de la vida pública -en tiempos de la trasformación-, ocupándose de videos…, que desmienten algunos, hasta por no corresponder la foto de perfil de quienes supuestamente los emiten y demás actos, que degradan la imagen y el quehacer del gobernante, degradada de por sí, por otras filtraciones que intitularon “Guacamaya leaks” -también ilegales-, que, no por ello, desmienten en forma tácita, lo que ahí apareció.


Al señor presidente le llevó muchos años llegar hasta la más alta investidura, y una vez ahí, como si le quemara la silla, adelantó los tiempos de la sucesión y generó una reyerta, en los escenarios políticos, de dimensiones solo superada por la inseguridad que, en vez de resolverla, el subsecretario, del ramo, solo recopila información de la fiscalías o procuradurías estatales, para leerla en las mañaneras. Todo ello, en su conjunto, con total desdén por la ley, en los tiempos que no hay trasformación, al grado de que, pidieron la cancelación de órdenes de aprehensión en el asunto Ayotzinapa. Eso no lo vimos en las anteriores (T).

 
 
 

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Rodríguez Puebla esq. Francisco I. Madero (altos), Colonia Centro

Progreso de Obregón, Hidalgo.

Correo electrónico: info.alamilla@gmail.com

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