
Después de años aciagos en seguridad pública, en vez de corregir…, emprendieron en contra de la justicia, con la Reforma al Poder Judicial. Las agresiones verbales, en contra de los jueces escalaron, sin que -la fiscalía de la República- las respaldara con alguna imputación y posterior acusación, ¡no!, solo fue la expresión oficial y, en las redes sociales, los que se esconden detrás de pseudónimos, arremetieron (lo hacen a la fecha), en contra de los impartidores de justicia, mañana, tarde y noche.
La aprobación de la Reforma Judicial, con la mayoría calificada, que -no olvidemos- obtuvieron con tres senadores (de los partidos que tanto repudian); quienes, traicionaron el voto < que recibieron del pueblo bueno >, para entrar -a la ‘zona política’ de confort- en la actual administración, y, de otro que, después de hacer público rechazo, a ese cambio constitucional, el día de… ¡no apareció!
Así reformaron el Capítulo IV, del Título Tercero de la Constitución (artículos 94 al 107), y algunas fracciones, de siete diversos artículos, de la propia Carta Magna, (atento, lo [s] invito a ver la imagen en esta página). Enseguida y… ¿con el estudio respectivo? …aprobaron las leyes secundarias.
Ni bien superamos esa ´sacudida´, si me permite (n) la expresión, y… …uno de los personeros de la vida pública actual, anunció que -en breve- aparecerán las reformas < a diez disposiciones legales de alcance nacional >. Con todo ello, un entramado legal “nuevo” y, como expuse en mi artículo anterior, ‘un cheque al portador’…, que, “…porque así lo quiso el pueblo bueno…”, …veamos:
Los 35 millones de votos, que obtuvo la coalición triunfadora en la elección del 02 de junio (que -por cierto- solo representa el 36.4% del total del electorado), no fueron suficientes, para que alcanzaran mayoría calificada en el Senado, y, surgieron los entuertos, para -el proceder de esos senadores-. A más (sin ánimo de ofensa), si saliéramos a la calle a preguntar, puedo asegurar que, de cada 10 ciudadanos, 9 no saben en qué consiste la Reforma al Poder Judicial. Y.., ¿no que así lo quiso el pueblo?
Ah, es que -los diputados- representan al pueblo y, algunos…, …al concluir las sesiones, los entrevistaron < y no supieron > qué artículos reformaron. Entonces…, < quede claro >, con los votos que obtuvieron en esa elección, no alcanzaron mayoría calificada; debieron ir, con los que tanto repudian, (¿también por mandato del pueblo bueno?) Así, de los que tanto se admiran, tuvieron votos, y ¿el “haiga sido como haiga sido”? Por todo ello, ¿cuánto de verdad y qué de simulación?, ¡uf!
A mi anterior artículo lo intitulé Torbellino jurídico. Ahí referí al escenario, que nos espera, por los cambios a la Carta Magna. Ahora, con el anuncio, de lo que viene, crecerá la agitación. Y recordé la cita de uno de mis profesores de maestría, el doctor Javier Jiménez Martínez (en mi opinión, uno de los tres brillantes expositores de la Teoría del Delito, en México [alumno reconocido en licenciatura, maestría y doctorado por la UNAM y, con posgrado también, en la Universidad de Salamanca, España]); quien, entre otras obras, escribió dos acerca del tema de referencia. En la primera, que intituló Introducción a la Teoría general del delito (Ángel Editor. México 2003. P. 65), citó de Julios Von Kirsman: “…tres palabras correctoras del legislador, y bibliotecas enteras se convierten en basura…”.
Si, con tres palabras…, “…bibliotecas enteras se convierten en basura”, ¿qué pasará con los cambios (a un diez por ciento) del contenido de la Constitución de la República, con la Reforma al Poder Judicial y las disposiciones secundarias; además, ¿diez leyes de alcance nacional? De ese tamaño el golpe, y sin que (lo afirmo con respeto y sin dudar), …en verdad sean palabras ‘correctoras’, más bien…, armar un entramado al modo… ¿de quién? o ¿para qué?, (porque el pueblo no sabe de qué se trata), ¡ufffff!
Qué lamentable para México, enviar a la basura contenido legal de la Constitución (las leyes que de ahí emanan [disposiciones secundarias, leyes orgánicas, reglamentos]); jurisprudencia; la formación de profesores universitarios; alumnos brillantes; alcances académicos, en libros y ensayos, etcétera…, …para construir un ´nuevo’ aparato legal… …en el que, el punto de partida, son cuatro senadores (tres traidores y uno ¿cobarde?), que les dieron la mayoría. Y no les es posible decir lo contrario, si lo hacen, citaré el viejo adagio latino: “contra los hechos no caben los argumentos”.
Ah, “…no es la primera Reforma…”, dicen, y hasta citan otra (s), como la que antecedió en el propio Poder Judicial, que, con ese cambió, buscó que -tan alto Tribunal- no fuera el asilo de políticos en retiro. ¿Es válido hacer ajuste a la estructura legal?, lo es; solo que, en la historia de México, no hay comparación con lo que -hoy- pretenden; en especial, por atentar en contra de la democracia.
En otra remembranza, refiero también a la actitud de los muy maltratados jueces, por lo que hoy veo, en el escenario de las pretendidas elecciones. El primero de junio de 1989, a menos de dos meses de la detención de quien -en el mundo delictivo- le decían “el jefe de jefes”, y, como agente del Ministerio Público Federal, me comisionaron para participar en el proceso penal en su contra (hoy, con más de 30 años en prisión). Esa fue la primera vez que acudí a la oficina de un Juez federal. De ese encuentro escribí en mi libro Por la puerta de enfrente. Relatos…, lo siguiente:
“Ya en el Juzgado de Distrito, por oficialía de partes ingresé la copia del oficio de comisión… Pedí una audiencia con el Juez para presentarme. Con la sobriedad, seriedad y profesionalismo que, por lo regular, les caracteriza a los jueces y magistrados, me recibió atento…”. Ese proceder -sin duda-, es el que impidió…, …se subieran a ese ring de disparates y descalificaciones recurrentes, en su contra.
Eso sí, muchos de los que “ya se ven”, como dice un promocional…, … -por todo-, buscan reflectores, en cualquier lugar y por cualquier tema. De pronto, se volvieron expertos… …de esto y de aquello; quizá -para hoy- hasta compartan alguna receta de cocina. Se visualizan ya con su toga, frente a las cámara y micrófonos. Olvidan que, la justicia es discreta, por la solvencia profesional que da la carrera judicial…, …no de ‘antecedentes’, para lograr experiencia. Y no digo que (algunos), no tengan estudios; solo que, una cosa es saber y, otra, saberlo hacer…, ¿sin favorecer?
En todo proceso penal, en el que -un Juez condena o absuelve-; y, en todos los juicios de amparo, en los que un Juez ampara y protege -o no-, participa un agente del Ministerio Público Federal, perteneciente a la fiscalía general de la República. Así…, si los jueces actuaron mal (como dicen), y ese agente no hizo nada, es cómplice y, la corrupción, se extendió a esa fiscalía; y, hasta hoy, nada han dicho al respecto. Por todo ello, citaré un clásico de mi pueblo, ¿cómo le llamarían a eso?

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